Resulta curioso que con la cantidad de pasos de escalada que encontramos en las diferentes excursiones a realizar por la Sierra de Guadarrama, la única “vía ferrata” equipada como tal y promocionada a tal efecto esté situada en uno de los macizos más desconocidos de la sierra madrileña: los riscos de la Peña del Mediodía, en la sierra de los Porrones. Hay algún que otro sendero equipado con material para facilitar el paso, como en las Milaneras de la Pedriza, pero son casos muy aislados de escasa longitud.
Para realizar esta excursión circular, nos desplazamos hasta la Ermita de San Isidro de la localidad del Boalo: desde aquí nos dirigimos hacia las rocas que vemos sobre nuestra cabeza, atravesando una cancela de alambre que nos introduce en una finca de libre acceso.

Al principio hay un fuerte desnivel, entre piedras, hasta que bordeamos la base de la Peña del Águila, marcada por unos robles que han crecido en medio del sendero y nos obliga a bordearlos. Giramos a la izquierda suavemente y enseguida nos encontramos con grandes bloques de roca que impiden trazar una ruta visual lógica.
Mirando con detalle veremos que, aprovechando canalizos y diedros, se han instalado anclajes metálicos que nos facilitan la travesía de esta zona de apenas 50 metros de longitud.

Desembocamos en una zona más llana, con vistas excepcionales de los riscos de la Pedriza, y continuamos ascendiendo hacia la izquierda. Si nos acercamos a la linde del pinar que vemos de frente, llegaremos al collado de Valdehalcones, donde se encuentra entre la maleza, insertada en el suelo, La Cruz del Mierlo (pinchar en este enlace para conocer la leyenda), que corresponde a la tumba de un pastor que se opuso a unos bandoleros.

Desde el Collado de Valdehalcones parte un sendero que desciende hasta el ábside de la ermita de San Isidro. La excursión se puede hacer tranquilamente en menos de tres horas, y carece de dificultad reseñable.

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