Fabricar una bolsa para tubo superior para bici gravel

La gran mayoría de bicicletas gravel modernas, y muchas otras de mountain bike, llevan instalado un soporte para atornillar una pequeña bolsa sobre el tubo superior en la que almacenar pequeños objetos que serán muy fácilmente accesibles desde el puesto de conducción, sin necesidad de detener la marcha.

Alguien puede pensar que este tipo de bolsas son de venta común en cualquier comercio especializado o en infinidad de páginas web, a un precio no demasiado elevado, y que no tiene demasiada justificación fabricársela uno mismo, máxime si no se tiene un mínimo de conocimientos de costura y confección. Pero, cuando lo que encuentras en el mercado no se acomoda a lo que necesitas, es una buena opción fabricarla nosotros mismos, y este ha sido el caso: las que me gustaban iban sujetas con varias tiras de velcro (se acaba arañando el cuadro) desaprovechando así la fijación con tornillos que lleva la bicicleta, o eran demasiado grandes… o pequeñas, o tenían un sistema de cierre muy complejo que las hacía pesadas. En resumen, lo más sencillo era plasmar con unos retales de loneta la idea que me rondaba por la cabeza. Dicho y hecho.

Bolsa colocada con tornillos en el tubo superior

La plantilla (los patrones)

Aunque he de reconocer que siempre me ha gustado la costura, carezco de conocimientos avanzados y para algo tan simple como desarrollar una bolsa tan aparentemente elemental, recurro a fabricar un «molde» con trozos de cartón.

Maqueta de cartón

Sobre las medidas que había calculado fabriqué una especie de maqueta que fui pegando con cinta de papel de pintor (se quita y pone con facilidad), para después utilizar estos pequeños paños como patrones con los que marcaría y cortaría la tela. Al fijaros en la imagen veréis he dibujado el corte con un margen de unos 5 mm de exceso, que corresponde a la porción de material que se necesita para albergar la costura, ya que se cose todo del revés y al dar la vuelta al modelo terminado, las costuras quedan ocultas.

Todos los elementos que componen la bolsa

Si os dais cuenta todos los paños están duplicados, ya que hay un material más grueso que será el que dejemos al exterior y otro más fino e impermeable que hará las veces de forro.

La preparación (hilvanado)

Aunque los profesionales son capaces de, una vez que disponen de todos los retales cortados, coserlos directamente con la máquina, yo peco de prudente y utilizo puntadas de hilo blanco para presentar y sujetar todas las piezas que, con posterioridad, paso por la máquina de coser o punteo a mano, de manera que todas las piezas de la bolsa estén colocadas de la manera correcta.

Hilvanado de la cremallera

Al finalizar las costuras se retira el hilo de hilvanar y habremos disfrutados de un gran margen de seguridad durante el procedimiento de ensamblaje de todas las piezas de la bolsa.

Hay que estudiar con detalle cómo coser el forro para que, una vez que terminemos la bolsa, todas las costuras queden ocultas y solo necesitemos rematar a mano, con aguja e hilo, la parte correspondiente al interior de la cremallera, que es por donde se da la vuelta a la bolsa una ver finalizada.

Los materiales

Como soy muy aficionado a fabricar bolsas para llevar las herramientas de la moto, algunos utensilios de camping, los dispositivos electrónicos con los que viajo… siempre tengo por casa paños de diferentes materiales, que compro en comercios especializados (en Madrid hay buenos almacenes en la Plaza de Pontejos y en la parte alta de la calle Atocha).

Para fabricar esta bolsa he utilizado loneta impermeable de nylon de 600 D (tipo Cordura) para la capa exterior y tela de nylon de 150 D para el forro interior. La cremallera está dotada de doble labio de caucho para que sea impermeable y el hilo empleado es un Gutermann. En la parte delantera añadí una tira de velcro para sujetar la bolsa debajo de la tija.

Para asegurar la estabilidad sobre el tubo de la bicicleta he remachado ( y encolado) a la base de esta bolsa una plancha de polivinilo de 2 mm de espesor, previamente taladrada con el alojamiento de los tornillos que la fijarán al cuadro, con una pequeña holgura en los agujeros para poder acomodar la bolsa en la posición correcta.

Plancha de policarbonato de vinilo en la base

¡A rodar!

Pero todo esto no tendría razón de ser si el invento no tuviera la utilidad pretendida. Así que lo instalé, utilizando unas arandelas metálicas de gran diámetro para repartir la presión de los tornillos en la base de policarbonato, y salí a dar una vuelta por la montaña.

La funcionalidad es fantástica y dentro de la bolsita cabían varias barritas energéticas, unos guantes de repuesto y el teléfono móvil. Al finalizar la ruta pasé por una estación de servicio para dar un «manguerazo» a la bicicleta y, sin ensañarme con la bolsa, no evité que se mojase a conciencia: el impermeabilizado era correcto.

Bolsa terminada por todos sus lados.

¿Cuál es la capacidad?

A la vista de todo lo que había podido meter dentro tenía la duda de cuál sería la capacidad real del interior de esta bolsa y, como no se trataba de un polígono regular, utilicé un método muy elemental, pero eficiente: coloqué en el interior del molde una bolsa de plástico muy fino y la llené de agua con un recipiente calibrado: entraron 975 cc de líquido. Para que os hagáis una idea la bolsa tiene unas medidas exteriores de 4,7 cm de anchura, 22 cm de longitud y una altura máxima de 12 cm.

Cubicando el interior de la bolsa

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