Por las dehesas de San Lorenzo de el Escorial

Aunque muchos ponen el foco en las maravillas arquitectónicas de esta localidad madrileña, también sus alrededores disponen de un encanto irrepetible para los amantes de la bicicleta gravel.

La Comunidad de Madrid alberga distintos ecosistemas que definen, con personalidad propia, las diferentes comarcas naturales que la componen: la demarcación situada en el noroeste de la región está compuesta por un sinfín de dehesas, ubicadas entre varios sistemas montañosos, a través de las que hemos trazado una ruta gravel para disfrutar de los mejores rincones.

Galapagar, kilómetro cero

Al ser una ruta circular se puede iniciar desde cualquier punto del anillo, pero nosotros lo hicimos desde Galapagar ya que es el punto más próximo al centro de la ciudad de Madrid.

Se trata de un recorrido gravel auténtico, con unos 40 kilómetros de pistas y senderos de tierra y el resto discurriendo por carreterillas locales de asfalto. Aunque, sobre el papel, los 1.050 metros de desnivel puedan parecer pocos, en un recorrido de 65 kilómetros, está bastante concentrado en tres ascensiones de considerable dureza, aunque la mayor parte del trazado disfruta de un firme en muy buenas condiciones.

Cañada de las Merinas

Abandonamos Galapagar por la carretera M505 en dirección al embalse de Valmayor, pero, en menos de 1 kilómetro, nos desviamos a la izquierda por el Camino de Navalquejigo que, en breve, nos hace desembocar en el centro de Colmenarejo que atravesaremos en dirección a las instalaciones de la Universidad Carlos III. Pasado este centro educativo, el asfalto desaparece y se convierte en una cañada, con tendencia siempre descendente, por la que se puede rodar a gran velocidad, hasta llegar a las afueras de Villanueva del Pardillo: antes de desembocar en la carretera M503, giramos de manera brusca a nuestra derecha y continuamos por una senda más estrecha que atraviesa diferentes propiedades del Canal de Isabel II (hay que atravesar varias cancelas).

Tramo delicado

Una vez que atravesemos una valla por un torno giratorio, nos encontraremos de frente un puente sobre el río Aulencia (desciende desde la presa de Valmayor) que está cubierto por una gran cancela de metal. A la izquierda nace un sendero trialero (difícil) por el que podemos bajar hasta el curso del río. En época de lluvias y crecidas es necesario ingeniárselas para cruzarlo, pero no es un cauce muy ancho y lo podremos resolver en pocos minutos (nosotros nos descalzamos).

Este es el punto más bajo de la ruta (alrededor de 610 metros) y el tramo que viene a continuación es de subida constante: pero no nos sorprenderá, porque se trata de una pista totalmente recta que nos permite vislumbrarla a muchos kilómetros de distancia.

Atravesando el río Aulencia

Justo antes de atravesar la carretera M600 afrontaremos una rampa hormigonada que tiene el 17% de pendiente. Al otro lado de la carretera continua nuestra pista de tierra que, en breve, desemboca en la Cañada Real Segoviana: giraremos a la derecha y ascenderemos con bastante intensidad hasta unas grandes campas ganaderas, por las que llegaremos, ya en descenso, hasta las calles de Valdemorillo.

Un poco de asfalto

Desde el centro de Valdemorillo giraremos a la izquierda por la M510 y disfrutaremos de tres kilómetros de rápido descenso por la carretera de asfalto hasta que atravesemos el curso del río Perales: a partir de aquí nos esperan 10 kilómetros de ascensión muy mantenida. Primero atravesaremos Navalagamella, un buen lugar para avituallarnos y, al salir de esta localidad, giraremos a la derecha por la M521 para ascender hasta Fresnedillas de la Oliva, donde giraremos a la derecha para continuar hasta Zarzalejo por la M532.

Casamatas de la Guerra Civil en Navalagamella

IMPORTANTE: el track que encontrarás al final de este texto corresponde a la ruta que estamos describiendo, pero hay una opción mucho más aventurera y recomendable por la que llegar hasta las cercanías de Zarzalejo. Para realizar esta ruta, un kilómetro antes de llegar a Fresnedillas, nos desviaremos a nuestra derecha por una gran pista de tierra señalizada con una indicación que reza “La Cayetana”. Por esta divertida pista descenderemos hasta la vaguada que atraviesa el Arroyo de la Moraleja, desde donde ascenderemos por una cañada hasta desembocar en la M532, unos dos kilómetros antes de llegar al cruce de Zarzalejo. Esta opción sólo es recomendable fuera de épocas de lluvia, porque la vaguada se inunda, convirtiéndose en un barrizal.

De camino a Zarzalejo dejaremos a nuestra derecha unas grandes instalaciones de la Central Lechera Asturiana. Al llegar al cruce con la M533, giraremos a la izquierda para, una vez pasado el puente sobre la vía del tren, volver a girar a la derecha por una gran pista de tierra que se dirige hacia la Calzada Romana. Si necesitamos reponer bebida, es preferible continuar por asfalto hasta el centro de Zarzalejo, donde encontraremos fuentes y bares: hasta el Escorial no tendremos posibilidad de reponer agua. Si has decidido ir a reponer fuerzas, tendrás que regresar hasta el cruce anterior para continuar ascendiendo hacia la Silla de Felipe II: nuestro próximo objetivo.

El balcón del monasterio

La pista por la que ascenderemos hacia la Calzada Romana (que dejaremos enseguida a nuestra derecha) ha sido recientemente reconstruida, por lo que nos permitirá rodar bastante ligeros. Atravesaremos pequeñas dehesas y propiedades ganaderas, al tiempo que pasaremos diferentes portillos metálicos que nos llevarán hasta una barrera metálica que marca nuestro siguiente destino: la Silla de Felipe II. Giraremos a la derecha y habremos llegado a este enclave.

Ascendiendo hacia la Silla de Felipe II

La Silla de Felipe II es un conjunto de bloques de granito escalonados (labrados a cincel) que, según la creencia popular, sirvió de observatorio a Felipe II durante la construcción del monasterio de El Escorial. Hay otra teoría más racional que apunta a que se trata de un nemeton (altar de sacrificios) de origen vetón. Si lo visitas en días festivos seguramente te sentirás agobiado por la cantidad de turistas que acuden hasta este carismático lugar.

Lo cierto es que, desde este mirador natural hay una fantástica panorámica de todo el valle y merece la pena descansar aquí unos minutos para disfrutar de las vistas.

Un descanso en la Silla de Felipe II

El Escorial

Desde la Silla de Felipe II descenderemos a gran velocidad hasta la carretera de Ávila (M505), donde giraremos a la derecha para entrar en la localidad de El Escorial (San Lorenzo es el barrio alto, donde está el monasterio). Desde aquí, siguiendo el track, callejearemos hasta desembocar en el principio (o final, depende) del camino de Navalquejigo, excepcional cañada que atraviesa las más pintorescas dehesas de toda la Comunidad de Madrid y por la que llegaremos hasta la urbanización de Las Zorreras.

Por la Dehesa de Navalquejigo

Aunque la mayor parte del itinerario que nos queda hasta regresar al punto de partida es con tendencia descendente, los tres kilómetros finales nos harán ganar altura con suavidad hasta que, si has seguido fielmente nuestra hoja de ruta, desembocarás en el punto de partida.

DESCÁRGATE EL TYRACK DE LA RUTA

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