La moto perfecta para viajar ¿existe?

En la continua catalogación de todo lo que nos rodea, también la elección de una moto para realizar grandes viajes es objeto de análisis. A muchos les gustaría que existiera algún modelo de moto que pudiera lucir de manera absoluta la etiqueta de “La Mejor Moto para Viajar”.

Siglo XXI la IA

Atendiendo a la evolución de las cosas, he preguntado a un programa de Inteligencia Artificial sobre “qué debe tener la moto ideal para realizar grandes viajes”, la respuesta obtenida ha sido la siguiente:

1 Potencia y rendimiento: debe tener suficientes caballos y par motor para superar diferentes tipos de terreno y condiciones.

2 Capacidad de carga: debe tener suficiente volumen de almacenamiento para llevar equipaje adicional, como maletas, alforjas…

3 Ergonomía: debe contar con una posición de conducción cómoda y anatómica para recorrer largas distancias, disponiendo de ajustes para adaptarla al conductor.

4 Suspensiones: el sistema de amortiguación debe ser capaz de absorber impactos y vibraciones en diferentes tipos de terrenos, proporcionando seguridad y comodidad.

5 Neumáticos: disponer de neumáticos que se adapten al más variado tipo de terrenos, incluyendo pistas de tierra y grava.

6 Protección: llevar elementos adicionales, como defensas, protectores de motor o placas de aislamiento para evitar roturas mecánicas en caso de caídas. Estos también pueden llegar a proteger al piloto.

7 Aerodinámica: los recorridos por carreteras abiertas de muchos kilómetros requieren de carenados, pantallas y deflectores que permitan la desviación del viento hacia el cuerpo del piloto.

8 Autonomía: una gran capacidad de almacenamiento de combustible es vital para poder recorrer largas distancias sin tener que repostar con frecuencia.

9 Accesorios: incorporar parabrisas ajustables, sistema de navegación, tomas de corriente, etc., para adaptarse a las necesidades del viaje y mejorar la comodidad y funcionalidad de la moto.

10 Iluminación: además de disponer de un equipo de alumbrado suficientemente capaz de permitirnos circular de noche con seguridad, es recomendable contar con iluminación auxiliar (antiniebla…).

*Texto generado con Chat GPT

Uno que viene del mundo del periodismo, siente cómo se le eriza en vello cuando una puñetera máquina, en menos de 15 segundos, es capaz de confeccionar este decálogo que, aunque muy elemental y un tanto ambiguo (la verdad es que no aporta nada), está bien estructurado y, para los que son completamente legos, puede acercarles hasta ese grado mínimo de conocimiento necesario para elegir su moto de viajes.

Pero hay detalles más importantes que deberíamos tener en cuenta a la hora de elegir una moto para que nos acompañe en nuestros viajes.

Lo más racional

Si ya tienes una moto y te planteas algunas dudas, incluso pretendes invertir una gran cantidad de dinero para cambiarla por otra que se adapte mejor a las pretensiones de tus futuros viajes, piensa que la moto perfecta para viajar no existe. Es más: seguramente esa moto ideal es la que ya tienes en tu garaje, pero que, frente al acoso de las modernas campañas de marketing de los grandes fabricantes, nos genera una especie de complejo de inferioridad por no lucir en el depósito de gasolina esas siglas tan preciadas que distinguen a las motos de los “auténticos aventureros”.

Entonces, el primer paso es reflexionar sobre lo que supone para nosotros un viaje y si lo vamos a poder realizar con la moto que ya tenemos. En el 90% de los casos te puedo asegurar que sí. Que vas a tener limitaciones… ¡Seguro! Porque todas las motos tienen limitaciones a la hora de viajar: las que se desenvuelven mejor en pistas y senderos van peor en asfalto, las que devoran los kilómetros de autopista se atascan en el “off road”, las que van bien (supuestamente) en todas partes son incompatibles con nuestra economía… Esta es la auténtica realidad.

Piensa que hay algunos viajeros (Sergio Morchón, Gonzaventuras, Alicia Sornosa…) que han llegado a Cabo Norte con una moto de 125 cc, disfrutando del viaje (o más) tanto como los que han llegado hasta ese punto geográfico a lomos de una Honda Goldwing. El primer paso es intentar ver por qué nos estamos planteando un cambio de moto y si realmente la que ya tenemos no nos sirve para esa finalidad: yo he tenido 45 motos, y cuando viajaba en una Vespa 200 era el hombre más feliz del mundo, con todas las limitaciones que tenía esa moto.

Gonzaventuras con su Rieju 125 camino de Cabo Norte

Un martillo sirve para clavar clavos

Podemos meter un clavo en una madera golpeando con un alicate, con el culo de un cenicero, incluso con el tacón de un zapato pero, aunque logremos nuestro cometido, en ningún caso lo haremos de manera tan resuelta como utilizando un martillo.

Esta metáfora viene a cuento de la utilidad de un vehículo. Nos pasa con el calzado deportivo (¿montaña, pista de atletismo, senderismo…?), la ropa de abrigo (¿lluvia, nieve, viento, sol…?) y por supuesto con un vehículo: antes de mirar catálogos de motos deberíamos planificar qué tipo de “martillo” es el que realmente vamos a utilizar.

La primera reflexión que se me ocurre, después de haber recorrido miles de kilómetros de viaje en moto, es la de analizar la casuística del tipo de viaje que pretendemos hacer. No tendría mucha lógica elegir una moto trail, con muchas capacidades de enduro, para hacer un largo viaje por autopista. De la misma manera que una moto de sport turismo no sería una elección lógica para recorrer países con carreteras a medio asfaltar.

Cada tipo de viaje requiere de una elección adecuada de la moto

Pero hay otros factores que, en la mayoría de las situaciones, son incluso más determinantes que la propia moto.

Los capítulos realmente importantes

Tenemos claro que vamos a viajar cubriendo muchos kilómetros y no podemos cegarnos mirando exclusivamente a la moto que vamos a utilizar. Por mi propia experiencia estos son los elementos, intrínsecamente unidos a un viaje, que más relevancia tienen:

1-Meteorología: lluvia, viento, calor, niebla… son determinantes en cualquier trayecto en moto. No olvidemos que este capítulo afecta muy directamente a nuestra propia seguridad.

2-Densidad del tráfico: llegado el momento iremos más pendientes del tráfico que nos rodea que de la potencia que llevamos debajo del asiento.

Para conducir por un gran atasco cualquier moto nos servirá

3-Confort/ergonomía: a partir de las 2 primeras horas de conducción empezaremos a percibir sobrecarga en el cuello, los hombros, los antebrazos, las posaderas… Cuando llevemos más de 6 horas sobre la moto la fatiga puede llegar a ser tan notable que resulte limitante para continuar el viaje.

Es cada vez más frecuentes modificar asientos específicamente para viajes

4-Protección aerodinámica: a partir de unos 80 km/h el choque del viento contra el piloto ejerce una fuerza en contra de unos 5 kilogramos en la porción de nuestro cuerpo que sobresale por encima de la pantalla. Algunas motos generan turbulencias y la utilización de casco trail con visera incrementa esta resistencia aerodinámica.

Una pantalla dotada con un spoiler puede ayudarnos a mejorar el confort de marcha

5-Naturaleza del terreno: carreteras bacheadas, en mal estado (en Albania hay socavones donde cabe la moto entera), pistas de tierra pedregosas, trazados de montaña… requieren de mucha atención por parte del piloto.

Viajando no siempre elegimos el firme que nos encontraremos

6-Iluminación: además de que es muy probable que necesitemos recorrer un buen número de kilómetros en moto por la noche, cuando existen condiciones de visibilidad precarias necesitaremos disponer de un equipo de iluminación -propia o auxiliar- de solvencia contrastada.

No es extraño que tengamos que circular de noche en un viaje largo

Acabamos de listar seis apartados que son esenciales en el transcurso de cualquier viaje y que nos afectarán desde que arranquemos la moto hasta que finalicemos la jornada. Hasta tal punto que podemos ver malogradas nuestras intenciones si alguno de estos capítulos alcanza una notoriedad máxima: no es la primera vez que he tenido que abortar una ruta por un diluvio, cambiar el recorrido para evitar mesetas donde el viento alcanza velocidades huracanadas o esperar varias horas en un bar de carretera hasta que se disolviera una persistente niebla… ahí te da lo mismo la moto que lleves.

Valle del Tarn, viaducto de Millau

A la vista de estos seis apartados, la interacción de la moto en el viaje irá relacionada con la protección aerodinámica, la calidad de la suspensión, el tipo de neumático utilizado o la ergonomía del asiento: ¿Cuántos de estos puntos has tenido en cuenta a la hora de elegir la candidata que te acompañará en todas tus aventuras?

Y la moto seleccionada es…

Antes de continuar, quiero insistir que esta es mi opinión y corresponde a mis gustos, cada cual con su experiencia, filias y fobias que haga su propia elección: esa es la única finalidad de recopilar toda esta información práctica.

De todas las motos que he tenido en propiedad, más otras tantas que han pasado por mis manos, en los 15 últimos años he seleccionado motos trail para viajar. Cierto es que muchos de los itinerarios realizados en esta última fase de mi vida podrían haberse completado con motos de turismo, pero como no dispongo de espacio para guardarlas y mi economía no es la de un coleccionista de motos, he tenido que seleccionar un solo modelo que fuera lo más aproximado a lo que valoro como más cercano a mis necesidades.

Hasta cuatro V-Strom me han acompañado durante muchos miles de kilómetros

Tras disfrutar de dos Suzuki V-Strom 650 y otras dos V-Strom 1000, se puso a la venta la KTM 790 Adventure. Cuando en 2019 llegaron las primeras unidades de prensa al mercado español (era parte de mi trabajo) tuve la oportunidad de probar a fondo este nuevo modelo austriaco. El comportamiento era una auténtica antítesis al de la Suzuki: dinamismo y músculo mecánico, frente a serenidad y aplomo. El cambio podría ser demasiado radical, pero aquella prueba me dio muchos argumentos para reflexionar.

Frontera de Rusia y Lituania con la BMW F700GS

A medida que pasaban los kilómetros, con viajes a Rumanía, Grecia, Albania, Moldavia, países balcánicos… me di cuenta de que la moto que estaba utilizando tenía una asignatura pendiente: adelgazar. Con un peso en orden de marcha superior a los 250 kilos, que sobrepasaba los 300 cuando colocaba el equipaje para salir de aventuras, la V-Strom 1000 limitaba mucho la circulación por carreteras y pistas complicadas, haciendo que las maniobras a poca velocidad fueran un auténtico suplicio.

Una V-Strom 1000, en orden de marcha y sin maletas llega a pesar 261 kilos

Aunque uno, pasados de largo los 60 años, se mantiene en buena forma física, la lógica de la edad aconseja tomar decisiones racionales (y razonadas) para poder seguir disfrutando de aquello que tanto nos gusta durante muchos años más.

¡Y llegó ella!

Sí, porque fue como consecuencia de que mi pareja quisiera ya cambiar de montura (su veterana BMW F700GS ya tenía 6 dígitos en el cuentakilómetros) el que nos pusiéramos a buscar una candidata. En aquel momento (año 2021) se puso a la venta la KTM 890 Adventure que, al incrementar la cilindrada respecto al modelo de 2019 que tanto me había gustado, disponía ahora de un mayor par motor y una mejora en el comportamiento a baja velocidad (la 790 pedía ir alta de revoluciones). Conseguimos otra unidad de prueba y realizamos un recorrido bastante exigente cambiándonos continuamente de motos: los dos decidimos que esta moto se ajustaba a todas nuestras necesidades. En el caso de mi mujer también debería permitirle uso diario por el centro de Madrid, ya que es su vehículo utilitario.

Moto para todo: viajes o vehículo utilitario

En el concesionario se pusieron muy contentos cuando encargamos dos motos iguales, aunque de diferente color, lo cual también nos vino muy bien para conseguir un trato económico favorable.

La fuerza de la razón

A medida que realizábamos los kilómetros iniciales durante el rodaje, íbamos descubriendo el acierto de nuestra elección y, tras nuestro primer viaje, de unos 3.000 km por el sur de la península, confirmamos que habíamos dado en el clavo: en mitad de una etapa por el interior de la provincia de Córdoba, nos metimos por una “confusa” carretera que resultó ser una desastrosa pista de tierra, llena de surcos, piedras y balsas de arena, que nos permitió disfrutar de un trazado que, hasta ese momento, nos hubiera atemorizado al intentarlo con nuestras anteriores monturas.

Ligereza y equilibrio mecánico son las principales virtudes de la KTM 890 Adventure

Las cifras reales de las nuevas KTM cargadas para realizar viajes (las tres maletas metálicas llenas) se sitúa en torno a los 240 kilos pero, lo más importante, es que la distribución de ese peso está muy cerca del suelo (bajo centro de gravedad), al tener el depósito de gasolina a la altura de los pies. Esto devenga en una gran manejabilidad a poca velocidad y cuando realizamos maniobras en parado. Un asiento alejado 83 cm del suelo nos permite apoyar con comodidad los pies, acción en la que colabora la suspensión de 200 milímetros de recorrido que se comprime bastante con nuestro peso sobre el asiento, reduciendo aún más la altura.

Lista para viajar con un peso total que no sobrepasa los 240 kilos

Los “otros” detalles

Ya que nos hemos referido al depósito de gasolina, al tratarse de una moto para viajar, son muy de agradecer sus 20 litros de capacidad que, unidos al reducido consumo de esta KTM (en torno a los 4 l/100 km), permiten hacer tiradas de más de 400 kilómetros sin repostar.

Analizando las acotaciones de este modelo, descubrimos dos características que inciden de manera positiva en su conducción: es la moto trail con menor distancia entre ejes (1.509 mm) y el ángulo de la dirección (63,7º) es bastante inclinado, por lo que nos encontramos frente a una moto con la que es muy fácil maniobrar, pero que no dispone de una dirección inestable (ángulo inclinado de la horquilla). Si estuviéramos ante una moto de gran turismo para rodar a altas velocidades no sería la mejor geometría, pero para uso viajero me parecen unas medidas acertadas.

La geometría de la KTM 890 Adventure le permite gran agilidad en carreteras de montaña

La protección aerodinámica es muy buena, sobre todo a la altura de las piernas y la iluminación nocturna es, posiblemente, de las mejores en la actualidad.

Pero también hay puntos a mejorar. Como consecuencia de la colocación del depósito de gasolina abrazando el motor, la rumorosidad mecánica es elevada y, aún peor, en los días más tórridos, el calor se concentra en la parte baja de las piernas. Circulando con botas altas no resulta molesto, pero no es la mejor moto para ir en zapatillas en pleno verano.

Placa difusora de calor sobre el catalizador

Yo he instalado una placa aislante sobre la petaca del catalizador (proyecta calor directamente sobre la pierna izquierda) y se ha reducido bastante este desagradable efecto.

Adaptarla mejor que cambiarla

Partimos de la base realista de que ninguna moto, tal como sale del concesionario, se adapta a todos los tipos de viaje que podamos imaginar, por lo que la mejor solución es la de pensar qué deberíamos cambiar o añadir para dejarla a la medida de nuestras necesidades. Y digo “necesidades”, porque los humanos tenemos la tendencia de sobrecargar de utensilios, que nunca vamos a emplear, nuestra moto.

El primer paso será el de adaptar maletas o bolsas donde transportaremos el equipaje. Todas las motos disponen, tanto en el catálogo del propio fabricante como en los de la industria auxiliar, de soportes, fijaciones y anclajes para montar los bultos que contendrán nuestros utensilios. Yo utilizo maletas de aluminio o textiles dependiendo del tipo de viaje que realice, pero en los dos casos empleo los herrajes laterales metálicos para sujetar el equipaje.

Maletas textiles instaladas sobre soportes rígidos

Pensando en los kilómetros y la fatiga es importante disponer de un buen asiento y la protección aerodinámica esencial. Salvo en muy raras excepciones (hay culos que se acomodan a cualquier aposento) puede ser necesario recurrir al trabajo de algún artesano tapicero que cambie el relleno y la forma del asiento de la moto para que soportemos mejor el paso de los kilómetros.

Asiento modificado para viajes

También podemos incrementar la superficie de protección frontal, instalando una pantalla de mayor volumen (altura/anchura) pero utilizando la sensatez: viajamos en moto y el viento forma parte de nuestro escenario. Una cuestión es mejorar nuestra protección y, sobre todo, eliminar zonas de posibles turbulencias y otra muy diferente es montar una especie de mampara de baño para no despeinarnos. Las pantallas afectan a la manejabilidad de la moto (sobre todo en días de viento) e incrementan el consumo, por lo que la solución más lógica es montar una que nos quite el viento molesto… y poco más. Ted Simon (Los viajes de Júpiter) ha dado dos veces la vuelta al mundo en una moto desprovista de cualquier tipo de cúpula.

Ted Simon durante su primera vuelta al mundo con su Tiger 500

Si tu moto no tiene un buen sistema de iluminación no dudes en añadirle unos proyectores antiniebla, pero debes tener en cuenta que, salvo que esa modificación conste en la documentación técnica de tu vehículo, tendrás que homologarlos para poder circular con legalidad (pasar una ITV específica con alguna documentación).

Faros auxiliares antiniebla

Y llegamos a una de las modificaciones más importantes: la suspensión. Muy pocas motos son capaces de comportarse con dignidad cuando circulamos cargados por firmes en mal estado, por lo que podemos vernos en la necesidad de acudir a un especialista que mejore nuestras suspensiones.

Nosotros hemos transformado la suspensión de la moto de mi pareja para que sea totalmente regulable, empleando componentes de la máxima calidad, y en mi propia moto he realizado un revalvulado de la suspensión delantera y añadido un nuevo amortiguador de dirección. Ahora ambas motos están al gusto de nuestras necesidades.

Amortiguador Ohlins instalado en la KTM 890 Adventure

Otro aspecto muy personalizable es el de los neumáticos, siendo uno de los más importantes: como hay que reemplazarlos cada pocos miles de kilómetros podremos jugar con el esculpido para adaptarlos a cualquier tipo de viaje, desde la más benevolente autopista, hasta las pistas más infames de países innombrables.

Existen infinidad de neumáticos para personalizar cada moto a un viaje determinado

Y para ponerle la guinda al pastel, necesitaremos instalar aparatos de navegación, para lo cual tendremos que investigar qué tipo de soportes necesitaremos para montar smartphones, GPS´s, tabletas, Carplay…

¡Ya tenemos la moto ideal!

Y ahora es importante hacer una reflexión muy profunda: poner maletas, mejorar la cúpula, añadir faros antiniebla, “humanizar” el asiento,  optimizar la suspensión, montar elementos de navegación, reemplazar los neumáticos… Son operaciones que suelen ser necesarias realizar en la práctica totalidad de las motos para conseguir adaptarlas al viaje que pretendemos realizar y a nuestra propia anatomía. Incluso hay muchas más mejoras (torretas del manillar, puños calefactables, barras de protección, cubre cárter …) que podemos realizar a una moto “de serie”.

Instalar una torre de navegación es otra de las opciones para personalizar nuestra moto

¿Te has dado cuenta de que haciendo todo esto a la moto que ya duerme en tu garaje lo habrás conseguido?

Podemos hablar de estética, de potencia, de fiabilidad mecánica, de inspiración personal… pero con una moto que tenga más de 40 caballos (incluso alguno menos) podrás dar varias veces la vuelta al mundo disfrutando del viaje hasta límites que no puedes imaginar.

Realizando el mantenimiento puntual de una moto, conduciéndola con racionalidad, evitando meterla por caminos que no corresponden a su conceptualización y aprendiendo a centrar nuestra atención en el propio viaje, seremos capaces de completar con éxito cualquier proyecto que nos pongamos como objetivo.

La moto es sólo una parte de nuestro viaje

En otra ocasión hablaremos del equipo que llevaremos para conducir la moto, los utensilios para cocinar durante el viaje, el material de acampada, la ropa de abrigo, los “chismes” para filmar y fotografiar nuestra aventura… En muchos momentos esto será lo más importante de un viaje, pasando la moto a un plano muy secundario.

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