Ruta en KTM 890 Adventure por las “Maravillas” de Francia.
Cuando sacamos la cabeza de la tienda de campaña descubrimos un cielo gris, acompañado por mucha humedad en el ambiente, lo que se convertiría en pocas horas en lluvias intermitentes que, en ocasiones, alcanzaban bastante intensidad.
Para atravesar Rochefort y la Rochelle decidimos utilizar vías rápidas, porque en esta zona de Francia hay demasiada congestión de tráfico en las carreteras locales y, si os fijáis en cualquier mapa, podréis descubrir la gran densidad de poblaciones.
Atravesamos Nantes por la circunvalación, cruzando su enorme puente sobre el río Loira, ya muy cerca de su desembocadura (Saint Nazarie), al tiempo que comienza a llover con cierta intensidad.
El resto de la ruta discurre entre claros y lluvias, por un paisaje normando de lo más entretenido. Es en estos momentos cuando te das cuenta de que, aunque andes en moto y esté lloviendo, estás disfrutando de la etapa.
Descartamos el camping porque ha llovido bastante y el suelo está encharcado. La previsión para las próximas horas no es mejor, por lo que buscamos algún hotel económico. En las inmediaciones del Mont Saint Michel los precios son desorbitados, por lo que “tiramos” de Booking y encontramos una especie de hostel bastante apañado en la cercana localidad de Saint James (a unos 20 kilómetros).
Aunque es domingo (en Francia cierra casi todo) encontramos un supermercado abierto y podemos comprar alimentos para la cena y el desayuno. La habitación no es demasiado grande, pero tiene mesa y sillas y nos permite cocinar con bastante soltura.
El dinero siempre manda
Estamos de vacaciones y todos reservamos para esa etapa del año una cantidad de dinero que nos permita vivir de manera excepcional y, con ciertas licencias, las experiencias que decidamos afrontar. Pero hacer un viaje de varias semanas realizando las tres comidas del día en cafeterías y restaurantes puede suponer un enorme roto para cualquier economía.
A nosotros nos gusta, como a todo el mundo, probar los restaurantes de las zonas por donde viajamos, pero ni lo hacemos a diario, ni nos conformamos con una comida cualquiera: preferimos organizar la mayoría de las comidas utilizando nuestros propios medios y, cuando se presenta una ocasión realmente especial, disfrutar al máximo del lugar que hemos elegido.
Por esos caminos... 
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